Lo que más me gusta de Roller Madrid es que además de aprender a patinar (en mi caso desde cero), las clases son muy variadas, hacemos rutas por Madrid, fiestas y hasta viajes a otras ciudades, como la ya mítica maratón sobre patines en el circuito de F1 de Valencia. Los profesores siempre están generando buen rollo, y muchos alumnos ya nos sentimos parte de la gran familia Roller Madrid.